Jerome Bruner, psicólogo estadounidense, nació en Nueva York en 1915. Se graduó en la universidad de Duke en 1937. Después marchó a la universidad de Harvard, donde en 1941 consiguió su título de doctor en psicología. En 1960 fundó el Centro de Estudios Cognitivos de la Universidad de Harvard y, aunque no inventó la psicología cognitiva, le dio un fuerte impulso. Tiene una impresionante producción de libros y artículos científicos pero no presenta sus bases y postulados en una forma sistemática, sino que se encuentran entremezclados.
ACCIÓN-IMAGEN-LENGUAJE Y CULTURA
Su concepción de persona es como ser activo dedicado a la construcción de su mundo, por lo que no es un reactor a un ambiente asociando mecánicamente estímulos y respuestas sino que tienden a deducir los principios o reglas que se encuentran latentes en los patrones, lo que les permite generalizar y transferir a otros problemas. El desarrollo o crecimiento del conocimiento es el proceso por el cual los seres humanos aumentan su capacidad para alcanzar y usar conocimientos. El conocimiento incluye estrategias para reducir la complejidad del mundo y para la organización del ambiente. La cognición incluye también los medios por los que los seres humanos expresan sus experiencias del mundo y organizan y sus efectos para un uso futuro.
Existen tres modos de representar el mundo según J. Bruner: el modo actuante, el icónico y el simbólico. Al principio el niño accede al conocimiento del mundo por medio de las acciones, luego añade la técnica de representar las cosas por medio de imágenes (igualando objetos) y por último y gradualmente se añade un método por el cual la acción y la imagen se traducen a un lenguaje, logrando con este un orden más elevado de pensamiento (clasificación, semejanzas y diferencias). Es el lenguaje el centro del desarrollo intelectual.
Para Bruner “ la cultura da forma a la mente, que nos aporta la caja de herramientas a través de la cual construimos no solo nuestros mundos sino nuestras propias concepciones de nosotros mismos y nuestros poderes"
Desde esta perspectiva psico-cultural el autor asume como primera premisa que "la educación no es una isla, sino parte del continente de la cultura".
J.Bruner nos ofrece una síntesis de su visión de la educación en los siguientes términos: "la educación no es sólo una tarea técnica de procesamiento de la información bien organizado, ni siquiera sencillamente una cuestión de aplicar ‘teorías del aprendizaje’ al aula ni de usar los resultados de ‘pruebas de rendimiento’ centradas en el sujeto. Es una empresa compleja de adaptar una cultura a las necesidades de sus miembros, y de adaptar s sus miembros y sus formas de conocer a las necesidades de la cultura."
Para investigar esta problemática de cómo se aprende, sostiene que no es lo más indicado, lo que suelen hacer muchos psicólogos: experimentar con ratas en un laberinto, o, probar con alumnos en el laboratorio el aprendizaje absurdo de sílabas, o simular en el ordenador programas de inteligencia artificial. Bastaría con colocarnos en un aula repleta de niños de nueve años y preguntarnos "qué tipo de conocimiento teórico les ayudaría", a niños y maestra.
J.Bruner observa que los niños empiezan asumiendo que la maestra tiene el conocimiento y se lo pasa a la clase. Aprenden enseguida que otros niños de la clase pueden también tener conocimiento y que lo pueden compartir. Finalmente, aprenden que si nadie del grupo "conoce" la respuesta, puedes ir siempre a algún lugar donde encontrarla. Esto último "es el salto a la cultura como almacenamiento de conocimiento, caja de herramientas o lo que sea". Es así que cuatro modelos principales han dominado en nuestros tiempos: 1. ver a los niños como imitadores, la adquisición del "saber-como-hacer". 2. verlos como aprendiendo de la exposición didáctica: la adquisición de conocimiento proposicional; 3. verlos como pensadores: el desarrollo de un intercambio intersubjetivo, y finalmente,. ver a los niños como conocedores: la gestión del conocimiento "objetivo". Es importante, según el autor, arrancar de su exclusivismo a las cuatro perspectivas, verlas como partes de un continente más amplio. Es necesario fundirlas en alguna unidad congruente, reconocerlas como partes de un continente común.
Según J.Bruner, las tres antinomias que suelen plantearse en la educación:. "la antinomia de la realización individual frente a la preservación de la cultura; la antinomia de centrarse en el talento frente a centrarse en la herramienta; y la antinomia del particularismo frente al universalismo".
J.Bruner concibe la escuela y la cultura como una comunidad de intercambios y apoyos mutuos. Esto serviría de garantía para el hecho, por ejemplo, "de que enriquecer el país trabajando duro en la escuela no serviría sólo para hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, sino que resultaría en un nuevo patrón de distribución más equitativa de la riqueza nacional. En una palabra, no estaríamos intentando reproducir la cultura como ha existido sin más."
Cuatro ideas que considera cruciales en la educación: "La primera de ellas es la idea de agencia: tomar más control sobre la propia actividad mental. La segunda es la reflexión: no ‘aprender en crudo’ sin más, sino hacer que lo que se aprende tenga sentido, entenderlo. La tercera es la colaboración: compartir los recursos de la mezcla de seres humanos implicados en la enseñanza y el aprendizaje. La mente está dentro de la cabeza, pero también está con otros. Y la cuarta es la cultura, la forma de vida y pensamiento que construimos, negociamos, institucionalizamos y, finalmente (después de que todo se ha hecho), terminamos llamando ‘realidad’ para reconfortarnos."
Su crítica se centra en el hecho de que tantas cuestiones importantes que plantea la cultura han sido dejadas de lado en la escuela. "Por ejemplo, en nuestra propia sociedad profesadamente igualitarista, tenemos una distribución de la riqueza y los ahorros que es tambaleantemente desequilibrada" . Consecuentemente "la escuela empieza a presentar una visión del mundo tan ajena o tan remota que muchos educandos no pueden encontrar en ella un lugar para ellos o para sus amigos. "Lo que necesitamos es un movimiento de reforma escolar con una idea más clara de hacia dónde vamos, con convicciones más profundas sobre el tipo de gente que queremos ser."
En los cuatro capítulos siguientes, Entender y explicar otras mentes(cap.5), Narraciones de la ciencia (cap. 6); La construcción narrativa de la realidad (cap.7); El conocimiento como acción(cap. 8), J.Bruner trata algunas cuestiones muy importantes para la psicología cultural que está elaborando. Mientras que en el último y noveno, El próximo capítulo de la psicología, aborda cuestiones más globales de la psicología. "Este próximo capítulo", dice J.Brunner, trata de la "intersubjetividad", es decir, "cómo las personas llegan a conocer lo que otros tienen en mente y cómo se ajustan a ello" (p. 179-180).
Desde esta perspectiva es muy importante conocer "las teorías populares de una cultura sobre la naturaleza de la naturaleza humana", porque estas "dan inevitablemente forma a cómo esa cultura administra la justicia, educa a sus niños, ayuda a los necesitados e incluso conduce sus relaciones interpersonales; todas ellas cuestiones con profundas consecuencias" Sin embargo, la psicología "moderna", que escogió modelarse en los métodos de la física no dejaba espacio para esa "psicología popular".
Por esto, opina J.Bruner, "la psicología no sólo debe considerar los límites impuestos por la evolución biológica del hombre sobre la actividad mental, sino que también debe tener en cuenta constantemente una discontinuidad omnipresente en esa evolución: la emergencia de la cultura humana a través de la cual el hombre crea una representación simbólica de sus relaciones con el mundo". Por esto también, "le mente no puede considerarse en ningún sentido como ‘natural’ o desnuda, pensando en la cultura como una añadidura.
Esta psicología cultural, opina J.Bruner, "puede ilustrar la interacción entre observaciones biológicas, filogenéticas, psicológicas individuales y culturales mientras nos ayuda a captar la naturaleza del funcionamiento mental humano" Esta es una convicción central de J.Bruner, que lo lleva a decir: "Si la psicología quiere avanzar en la comprensión de la naturaleza humana y la condición humana, tiene que aprender a comprender la sutil acción recíproca de la biología y la cultura". El aprendizaje por descubrimiento de Jerome Bruner
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(síntesis de documento ministerial)
Nos hizo tomar conciencia del hecho de que el niño tiene que descubrir el mundo otra vez además de haber configurado unta teoría del conocimiento a través de la acción, demostrando que los objetos y eventos no son previamente grabados o copiados sino más bien transformados y percibidos en términos de acción desempeñada.
Bruner acusa a Piaget de haber descuidado la consideración del importante papel que tiene el medio social, a través, sobre todo, de la interactividad de niño con el adulto y la cooperación con otros, en la conformación del desarrollo intelectual del sujeto. Punto éste en el que Bruner llega a identificarse notablemente con los planteamientos de Lev Vygotski: “Para Bruner, la escuela debería ser algo más que la extensión de la experiencia cotidiana, constituyéndose en un espacio para el descubrimiento”.
El objetivo que este autor propone para la labor educativa es que el individuo desarrolle los procesos cognitivos, de modo tal que sea capaz de trascender las vías culturales, de innovar, de crear una cultura netamente personal. “Cada hombre debe ser su propio artista, su propio científico, su propio historiador, su propio navegante”.
Teniendo en cuenta estos objetivos para la escuela, Bruner postula que el tipo de aprendizaje a ser priorizado en la labor pedagógica deberá ser el aprendizaje por descubrimiento. Éste consiste en presentar a los niños situaciones organizadas cuidadosamente, para que ellos sean llevados a descubrir el principio subyacente (Ej: cajas huecas para insertar bloques con distintas formas geométricas, sin mostrar al niño cómo jugar con el material).
Bruner señala la importancia del rol docente en el proceso de aprendizaje por descubrimiento, dado que aquél debe proporcionar a los niños tanto tareas prácticas para aplicar la información, como actividades para recordarla.
También el maestro presentará los contenidos de tal modo que puedan conectarse e integrarse en la estructura de conocimientos previamente construida.
Este autor es además reconocido por sus investigaciones referidas al desarrollo de la competencia lingüística o comunicativa desde su nacimiento, que analizan la conformación de formatos en proceso de negociación entre madre-niño, por la atribución de sentidos a palabras y frases.
Bruner introduce el concepto de ANDAMIAJE a partir de la noción de “zona de desarrollo de Vigotski”. El supuesto fundamental del andamiaje es que el adulto sostiene y andamia los esfuerzos y logros del niño, afirmando que la intervención de las madres estará en proporción inversa respecto de las competencias del niño. A mayor dificultad, mayor directividad en la intervención materna. Estas intervenciones, cuya función es sostener los progresos de los niños, son contingencias a las dificultades que éstos encuentran en la tarea.
Algunos de los conceptos de Jerome Bruner, especialmente el referido al andamiaje, dan una nueva visión a la relación entre el adulto y el niño, sea este adulto la madre o algún otro adulto significativo.
Plantea Bruner que el lenguaje es una manera de ordenar nuestros propios pensamientos sobre las cosas. El pensamiento es un modo de organizar la percepción y la acción. Pero todos los elementos, cada uno a su manera, también representan las herramientas y mecanismos existentes en la cultura para usar en la ejecución de la acción.
“Trasladando esta situación a la intervención docente-alumno se podría afirmar que la intervención educativa eficaz es siempre relativa, en función de la actividad autoestructurante del alumno, pero, por ello mismo, necesita traducirse en niveles diferentes de ayuda y de direccionalidad, según cada caso.”
En su obra, Bruner hace referencia a lo que se ha llamado “la revolución de la enseñanza”. Esta consiste en la intención de iniciar más temprano a los niños en el conocimiento de las disciplinas que son objeto de aprendizajes.
La aseveración de Bruner acerca de “que es posible enseñar cualquier materia a cualquier persona, sea cual fuere su edad, siempre que se haga de forma interesante y sincera” ha dado lugar a diversas interpretaciones. (comparación con el conductismo).
Sus principios en materia educativa son más profundos y coherentes. Él considera que los diferentes cuerpos teóricos y de destrezas pueden traducirse o transformarse a un modo de presentación tal que le permita al niño su apropiación en función de sus posibilidades actuales o potenciales.
Esta enseñanza se implementará a partir de propuestas eductivas más concretas y tangibles e irá adquiriendo gradualmente formas de presentación cada vez más complejas y conceptuales.
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