viernes, 7 de diciembre de 2018

Neurofilosofía: Reflexiones sobre memoria y tiempo


La memoria y el tiempo
Psic. Patricia Gagliardi 


Nosotros estamos hechos, en buena parte, de nuestra propia memoria. Esa memoria está hecha, en buena parte, de olvido. 
J.L. BORGES


“¿Se puede pensar sin lenguaje? Si pensamos con el cerebro y el cerebro es un órgano biológico ¿convierte a este hecho de la Lógica en un producto biológico?” y en un intento de responderlas las entrecruzo con otra categoría, “el tiempo”, y las reformulo: ¿Se puede pensar sin lenguaje y sin noción de tiempo? o bien ¿si carecemos del tiempo, pensamos?

Si desaparecieran nuestros sentidos  y nos quedáramos sólo con el oído, sin visión, sin tacto, sin olfato,  ni gusto, construiremos un mundo posible de sonidos y de palabras pero no podríamos prescindir del tiempo. Nos constituimos en tiempos y por sucesión, el tiempo es sucesión
Esta categoría "tiempo" ha interesado e intrigado desde la antigüedad. Se inician en Platón, Plotino, San Agustín. San Agustín ardió en su existencia por una respuesta, e ingeniosamente dice: "¿Qué  es el tiempo? Si no me lo preguntan, lo sé. Si me lo preguntan, lo ignoro". En esta instancia acompaño su apreciación.
En el Timeo(1) Platón dijo que el tiempo es la imagen móvil de la eternidad y Plotino (2) sostiene que  hay tres tiempos, y los tres son presente, uno el presente actual, el momento en el que hablo, es decir el momento en el que hablé porque ya ese momento pertenece al pasado y luego el presente del pasado que se llama memoria y el presente del porvenir que viene a ser lo que imagina nuestra esperanza o nuestro miedo.
El tiempo es  así atributo de nuestra mente. La mente se maneja con un lenguaje y produce conceptos tales como los de vida, tiempo y muerte. y además los ordena temporalmente, ubica la muerte en el futuro, muerte que nunca será presente, y es que no hay presente.
Nuestro lenguaje y nuestra mente nos hacen vivenciar el presente, pero el presente no existe. Sólo puedo “ser” en el pasado. Si pienso que el pasado está formado por sucesiones de presentes decantados en él entro en otro conflicto. Recurro a Zenón con sus paradojas aplicadas al espacio ya que  me son válidas para replantearlas en el tiempo. Si el presente es como el punto en geometría(3), carece de dimensión pero su sucesión forma una recta, ¿cómo puede la suma de “nadas” ocupar espacio?,  aunque sume una cantidad infinita de puntos. ¿Cómo puede una suma de presentes formar un pasado? 
El presente es como el punto en geometría, el presente en sí no existe.
James Bradley(4)  dice que el tiempo fluye del porvenir al presente y en el momento en que el futuro se vuelve pasado es el presente. 
Desde la teoría kantiana se entiende al tiempo como una forma de intuir  lo  acontecido virtud que le pertenece exclusivamente al hombre. Dentro de esta concepción, el tiempo no es relacionado con el movimiento ni con lo externo a las personas, sino como algo interior y personal, que permite organizar las experiencias íntimas. El organizador de esas experiencias es el lenguaje. 
El lenguaje es un instrumento que utilizamos para describir el mundo y expresar nuestras ideas. El lenguaje expresa el pensamiento, la lógica describe las reglas del pensamiento. Nosotros elaboramos un pensamiento que está inserto en la realidad que entra por los sentidos y generamos ideas de realidad, hay lógicas, pero el lenguaje lo que hace es expresar lo que uno piensa. En cada uno hay algo de lo subjetivo que entra a jugar con el lenguaje. Cuando Heráclito dice “nadie baja dos veces al mismo río”, es porque no somos los mismos, ni el río ni nosotros, porque ese que fuimos tal vez quedó en la memoria con retazos de olvido. 
¿Quién nos transforma? ¿el lenguaje, el tiempo, ambos? 
Y cómo es que percibimos el tiempo ¿percibimos el tiempo porque tenemos memoria?
Si  la memoria nos quita la percepción del tiempo, con ella se diluye nuestra esencia. Observar a alguien que la  ha perdido es reconocer que ese que conocíamos ya no está allí. 
Y hasta aquí no he discriminado el tiempo en otros, como el tiempo subjetivo. 
Desde la neurociencias nuestro cerebro tiene relojes biológicos, como el núcleo supraquiasmático del hipotálamo o la glándula pineal, que controlan los ciclos de sueño y vigilia y la producción de hormonas y neurotransmisores que influyen en nuestra fisiología y comportamiento. Pero esas estructuras, aunque colaboran, no son las encargadas de percibir el tiempo subjetivo. Hay también marcadores o circunstancias externas que nos ayudan a hacerlo, como los relojes artificiales, los cambios de la luz del día o incluso el ver crecer a los hijos, en diferentes escalas temporales. Y también los hay internos, como el propio ciclo de sueño y vigilia, la atención que prestamos a la duración de los eventos que nos marcan tiempos que pueden servirnos de referencia. Pero todo eso no es suficiente pues la mayor incógnita sigue siendo cómo el cerebro representa y percibe el paso del tiempo.
Todo ello nos hace pensar que en el cerebro humano no existe un único reloj biológico que marque el tiempo subjetivo, sino quizá diferentes relojes que incluso pueden no estar sincronizados. De hecho, son muchas las partes del mismo que han sido involucradas en la percepción del tiempo. Una amplia red de neuronas podría estar entonces implicada en la percepción subjetiva del tiempo. Con todo, hay una cierta especialización funcional, sin embargo, todavía no sabemos cómo puede representarse en esa o en otras partes de la corteza cerebral el tiempo. Dice Giorgio Agamben que hay una incapacidad en el hombre occidental para dominar el tiempo y una obsesión por ganarlo y por hacerlo pasar basado en el tiempo como un continuum cualificado e infinito de instantes puntuales en fuga.
Lo percibimos externo, dominable, atrapable, tanto como le damos existencia a las palabras, pero es interno. 
En intento de respuesta a los primeros interrogantes y posibilitando la apertura de otros, lo ilustro con una frase de Valère Novarina(1991) 
no somos nosotros los que nacemos en el mundo, es el mundo el que nos aparece, el que nace en nosotros. En el curso de nuestra vida, somos el teatro del mundo que nace en nosotros. No morimos: el mundo se retira de nosotros”.   

1
Cristóbal Macías Villalobos(2014) Traducción  y comentario del "Timeo" de Platón
Libros Pórtico.

2Plotino (205-270) fue un filósofo griego neoplatónico, autor de las Enéadas.
3El punto es una figura geométrica sin dimensión, tampoco tiene longitud, área, volumen, ni otro ángulo dimensional. No es un objeto físico. Describe una posición en el espacio, determinada respecto de un sistema de coordenadas preestablecidas.

4James Bradley (marzo de 1693 - 13 de julio de 1762) fue un astrónomo inglés, nombrado Astrónomo Real de la corona inglesa en 1742.