lunes, 4 de mayo de 2020

Las tópicas de Sigmund Freud



Primera y segunda tópica de Sigmund Freud:
Psic. Patricia Gagliardi


Sigmund Freud fue el fundador de la teoría psicoanalítica. Si ubicamos históricamente a Freud, su teoría impactaba en la época, consideremos que aún hoy lo es. Lo que es innegable es la influencia que tuvo no solo dentro de la psicología sino en muchas otras ramas. 

Sigmund Freud - Wikipedia, la enciclopedia libreEl psicoanálisis es una terapia, una metodología de investigación y una teoría. Todo su constructo fue basado en sus observaciones directa de casos de pacientes. En sus primeros desarrollos, a lo que se llama primera tópica, consideraba  que el comportamiento y la personalidad  derivan de la interacción tres diferentes niveles de conciencia: el preconsciente, el consciente y el inconsciente. En ellos el consciente solamente es la menor expresión comparado con el inconsciente.

Es el Inconsciente el que comanda el actuar. Muchos de nosotros hemos experimentado lo que comúnmente se conoce como un acto fallido , es decir actos erróneos. Para la teoría psicoanalítica  estos errores  revelan pensamientos o sentimientos inconscientes. Por ejemplo llamar a una persona por el nombre de otra aún sabiendo que no tienen afinidad o bien se declaran enemigas. 

Su explicación es que el  inconsciente o fuera de nuestra conciencia que dirigen de alguna forma nuestro comportamiento. El inconsciente está formado por  pensamientos, emociones, recuerdos, deseos y motivaciones que se encuentran pero que no son directamente accesibles nuestra conciencia, sin embargo, continúan ejerciendo una influencia en nuestro comportamiento, a tal punto que nos hacen fallar. 

El Consciente incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso mental que nos permite pensar y hablar de forma racional. La mente preconsciente es la parte de la mente que representa la memoria ordinaria. Si bien no somos conscientes de esta información en cualquier momento dado, podemos recuperarla y tirar de ella en la conciencia cuando sea necesario. 

El inconsiente es donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos que se encuentran fuera de nuestro conocimiento consciente.  La mayor parte de los contenidos del inconsciente, según Freud, de contenido sexual reprimido infantil, por ende, son inaceptables o desagradables, como los sentimientos de dolor, ansiedad o conflicto. Por su contenido son censurados, y su única forma de salir es usando una máscara, disfraz, y aflorar en sueños, lapsus, actos fallidos. 

Luego Freud estructura una segunda tópica que complementa el modelo anterior, formada por tres estructuras básicas de la personalidad: el ello, el yo y el superyó. Estas tres estructuras tienen funciones diferentes y actúan en distintos niveles de la mente.
Según Sigmund Freud, cada componente añade su propia contribución única a la personalidad y los tres elementos trabajan juntos para formar comportamientos humanos complejos.

El Ello como la fuente de toda energía psíquica, puro placer, es el único componente de la personalidad que está presente desde el nacimiento.Este aspecto de la personalidad es completamente inconsciente e incluye los comportamientos instintivos y primitivos.

El ello es impulsado por el principio del placer, que se esfuerza por lograr la satisfacción inmediata de todos los deseos, deseos y necesidades. Si estas necesidades no se satisfacen inmediatamente, el resultado es un estado de ansiedad o tensión.

El Yo es el componente de la personalidad que se encarga de tratar con la realidad, su funcionamiento se basa en el principio de realidad.  Es el mediador entre el inconsciente, el super yo y las demandas del mundo externo.El principio de la realidad es el que mide los costos y beneficios del actuar. 
El Superyó es el aspecto de la personalidad que contiene todos nuestros aspectos morales interiorizados e ideales que adquirimos de ambos padres y de la sociedad; nuestro sentido del bien y el mal. Su surgimiento comienza a evidenciarse alrededor de los cinco años. Es el tercero en formación.  Se lo nomina el heredero del Complejo de Edipo, nos proporciona directrices para hacer juicios.Trabaja para suprimir todos los impulsos inaceptables del Ello y se esfuerza por hacer que los actos de Yo se acerquen o coincidan con  las normas sociales. Es el perpetuador de la cultura y la civilización o bien las riendas de la moral.

La fortaleza del yo y un equilibrio entre el ello y el superyó implicarían el afloramiento de una personalidad sana.


Se adjuntan esquemas pertenecientes al libro de Sigmund Freud. 

Textos y Resúmenes de Psicología: Aparato psíquico y regresión
La segunda tópica | bella cual auroraConflicto Psiquico, Salud Mental y Sociedad: Pierre-Sylvestre ...





lunes, 23 de marzo de 2020

Respiración y emociones en tiempos de aislamiento

Respiración y emociones:
¿Pensaste alguna vez en tu respiración? Te propongo que recuerdes cuándo suspirás, cuándo se acelera, cuándo falta el aire, seguramente concluiste que todos esos momentos se ligaron a emociones más intensas. Así es, la respiración y las emociones están íntimamente ligadas. Trabajar con la respiración transforma la mente, la mente transforma a nuestro cerebro y por ende nuestra vida mejora. 
Algo tan simple que hacemos desde que nacemos y lo repetimos mientras tengamos vida tiene un gran poder sobre nosotros. Principalmente en estos días de encierro, muchas veces sentirás que ella se acelera, que te invade la angustia y la ansiedad. Te propongo un ejercicio para reducirla y convertir esto en una rutina para tu vida. Notarás con las semanas que cambiará tu percepción, tu sueño, tu estado de ánimo. 
En primer lugar vamos a hacer consciente nuestra respiración:
Si te sientas en una silla, pon los pies en el suelo sin cruzar las piernas. Si te sientas en el suelo, puedes cruzar las piernas. También te puedes acostar en el suelo. 

  • Fija la mirada en el centro de la sala. 
  • A continuación en la pared más lejana o techo según la posición. 
  • Vuelve la mirada al centro de la sala.
  • Después a una distancia equivalente a la de leer un libro. 
  • Deja ahora que tus párpados se cierren y centra la atención en la respiración: percibe la leve sensación del aire entrando y saliendo de las fosas nasales, dedica unos instantes a sentir la respiración, inspirando y espirando. Imagina que tu mente es un océano, con una profundidad calma y clara, entran la luz desde la superficie, al exhalar subes a la superficie, al inhalar vuelves a sumergirte, que nada te interrumpa.
  • Desplaza ahora la atención a tu pecho y siente cómo se mueve cuando el aire entre y sale de los pulmones.
  • Déjate llevar por las olas de la respiración, fijando la atención en la sensación del pecho.
  • Desplaza ahora la atención hacia el abdomen y siente su movimiento (puede ser con la mano) (la respiración que realices con el abdomen es más relajante que la pectoral)

Repite este ejercicio cada vez que puedas, principalmente al acostarte, te hará entrar en un sueño relajante y reparador. 
Pero: QUEDATE EN CASA!!!! 

Psic. Patricia Gagliardi