martes, 19 de diciembre de 2023

El perdón en la infancia

 La construcción del Perdón en Niños: Perspectiva Cognitiva

Psic. Patricia Gagliardi

”Reflejamos tan solo los actos que perdonamos. Ser generoso con el perdón nos brinda la oportunidad de modelar la compasión y el crecimiento emocional”. (Charles Dickens)

"Perdonar es darle a alguien otra oportunidad de ser lo que sabes que son capaces de ser". (C. S. Lewis)

El perdón necesita un enojo previo. Pero ¿qué es un enojo? Me sirve compartir una definición que especialmente me pone a reflexionar sobre sus pobres beneficios y es que es un AUTOCASTIGO por acciones que cometieron otros. Y es este mismo auto castigo que nos limita y modifica nuestro actuar.  Su regulación debe aprenderse desde la infancia. La experiencia en un niño enojado desde la perspectiva de la psicología cognitiva implica una interacción compleja entre pensamientos, emociones y comportamientos. 

Los niños interpretan eventos y situaciones de manera única. El enojo a menudo surge cuando el niño percibe una situación como injusta, frustrante o amenazante. Los pensamientos automáticos negativos, como "esto no es justo" o "no puedo soportarlo", pueden intensificar la experiencia de enojo. Estos pensamientos pueden surgir de interpretaciones distorsionadas de la realidad. Puede manifestarse como irritación, frustración, enojo o furia. La intensidad de la emoción puede variar según la situación y la habilidad del niño para regular sus emociones. 

Los niños expresan el enojo a través de una variedad de comportamientos, que pueden incluir llorar, gritar, patalear, romper objetos o retirarse. Estos comportamientos son la forma en que el niño busca manejar la intensidad emocional. Son los distintos estilos de afrontamiento que el niño desarrolla que pueden ser adaptativas o desadaptativas con imposibilidades para regular el comportamiento impulsivo.

Cabe destacar que a veces, el enojo puede ser una máscara para emociones subyacentes, como la tristeza, el miedo o la vergüenza. En este caso se convierte en un recurso para adaptarse al medio.

El enojo desregulado de un niño impacta en el desarrollo cognitivo y en su capacidad para resolver problemas de manera efectiva.Activa el sistema nervioso autónomo, desencadenando respuestas fisiológicas como el aumento del ritmo cardíaco, la respiración acelerada y la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. A largo plazo, la exposición crónica a estas hormonas del estrés puede afectar negativamente al cerebro y al sistema nervioso.

La amígdala, una región cerebral asociada con las emociones y la respuesta al miedo, también está implicada en la respuesta al enojo. Puede activarse ante estímulos percibidos como amenazantes o desafiantes, reales o ficticios, desencadenando una respuesta emocional intensa. La corteza prefrontal, especialmente la parte anterior, está asociada con el control ejecutivo, la toma de decisiones y la regulación emocional. El enojo puede desafiar estas funciones, especialmente en niños cuya corteza prefrontal aún está en desarrollo.

Todas las experiencias emocionales, incluido el enojo, pueden influir en el aprendizaje y la memoria. La intensidad emocional puede afectar la codificación de información en la memoria y la capacidad del niño para aprender de situaciones pasadas.

El perdón es una habilidad crucial en el desarrollo emocional y social de los niños. Desde la perspectiva cognitiva, este proceso implica comprensión, regulación emocional y reestructuración cognitiva. 

El perdón, definido como la capacidad de liberarse de resentimientos y culpas, juega un papel fundamental en el bienestar emocional y las relaciones interpersonales. Desde una perspectiva cognitiva, se aborda el proceso de perdonar como un cambio en las cogniciones del individuo.

Jean Piaget sostiene que los niños desarrollan la capacidad de comprender las perspectivas de los demás durante la etapa de operaciones concretas. Al enseñarles sobre las motivaciones y emociones detrás de los actos, se fomenta la empatía y el entendimiento, pasos esenciales para el perdón.

¿Qué estrategias podemos aplicar para enseñar a los niños a perdonar?

1. Promover la Empatía: "La empatía es el antídoto natural contra el rencor" (Carl R. Rogers). Fomentar la empatía ayuda a los niños a comprender las experiencias de los demás, allanando el camino para el perdón.

2. Desarrollar la Comunicación: "El perdón es una herramienta de la comunicación" (Marshall Rosenberg). Enseñar a expresar sentimientos y necesidades de manera efectiva facilita la resolución de conflictos y la reconciliación.

3. Enseñar Estrategias de Regulación Emocional: El enojo es un auto castigo por algo que hicieron otros, mientras que ”el perdón es un acto de autocuración" (Desmond Tutu). Capacitar a los niños para gestionar sus emociones les permite liberarse de la carga emocional y avanzar hacia el perdón.

 Conclusiones:

La enseñanza del perdón en niños desde la perspectiva cognitiva implica abordar las cogniciones, la empatía y la regulación emocional. Integrar narrativas con analogías, cortometrajes y referencias literarias en el proceso educativo puede enriquecer la comprensión y motivar a los niños a adoptar este valioso recurso emocional. Principalmente los niños aprenden a manejar el enojo observando y modelando el comportamiento de los adultos y cuidadores. Los patrones de manejo del enojo en el entorno pueden afectar el desarrollo de estrategias de afrontamiento en el niño. Ser conscientes que los adultos siempre somos modelo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario