lunes, 26 de abril de 2021

Introspección

lunes, 4 de mayo de 2020

Las tópicas de Sigmund Freud



Primera y segunda tópica de Sigmund Freud:
Psic. Patricia Gagliardi


Sigmund Freud fue el fundador de la teoría psicoanalítica. Si ubicamos históricamente a Freud, su teoría impactaba en la época, consideremos que aún hoy lo es. Lo que es innegable es la influencia que tuvo no solo dentro de la psicología sino en muchas otras ramas. 

Sigmund Freud - Wikipedia, la enciclopedia libreEl psicoanálisis es una terapia, una metodología de investigación y una teoría. Todo su constructo fue basado en sus observaciones directa de casos de pacientes. En sus primeros desarrollos, a lo que se llama primera tópica, consideraba  que el comportamiento y la personalidad  derivan de la interacción tres diferentes niveles de conciencia: el preconsciente, el consciente y el inconsciente. En ellos el consciente solamente es la menor expresión comparado con el inconsciente.

Es el Inconsciente el que comanda el actuar. Muchos de nosotros hemos experimentado lo que comúnmente se conoce como un acto fallido , es decir actos erróneos. Para la teoría psicoanalítica  estos errores  revelan pensamientos o sentimientos inconscientes. Por ejemplo llamar a una persona por el nombre de otra aún sabiendo que no tienen afinidad o bien se declaran enemigas. 

Su explicación es que el  inconsciente o fuera de nuestra conciencia que dirigen de alguna forma nuestro comportamiento. El inconsciente está formado por  pensamientos, emociones, recuerdos, deseos y motivaciones que se encuentran pero que no son directamente accesibles nuestra conciencia, sin embargo, continúan ejerciendo una influencia en nuestro comportamiento, a tal punto que nos hacen fallar. 

El Consciente incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso mental que nos permite pensar y hablar de forma racional. La mente preconsciente es la parte de la mente que representa la memoria ordinaria. Si bien no somos conscientes de esta información en cualquier momento dado, podemos recuperarla y tirar de ella en la conciencia cuando sea necesario. 

El inconsiente es donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos que se encuentran fuera de nuestro conocimiento consciente.  La mayor parte de los contenidos del inconsciente, según Freud, de contenido sexual reprimido infantil, por ende, son inaceptables o desagradables, como los sentimientos de dolor, ansiedad o conflicto. Por su contenido son censurados, y su única forma de salir es usando una máscara, disfraz, y aflorar en sueños, lapsus, actos fallidos. 

Luego Freud estructura una segunda tópica que complementa el modelo anterior, formada por tres estructuras básicas de la personalidad: el ello, el yo y el superyó. Estas tres estructuras tienen funciones diferentes y actúan en distintos niveles de la mente.
Según Sigmund Freud, cada componente añade su propia contribución única a la personalidad y los tres elementos trabajan juntos para formar comportamientos humanos complejos.

El Ello como la fuente de toda energía psíquica, puro placer, es el único componente de la personalidad que está presente desde el nacimiento.Este aspecto de la personalidad es completamente inconsciente e incluye los comportamientos instintivos y primitivos.

El ello es impulsado por el principio del placer, que se esfuerza por lograr la satisfacción inmediata de todos los deseos, deseos y necesidades. Si estas necesidades no se satisfacen inmediatamente, el resultado es un estado de ansiedad o tensión.

El Yo es el componente de la personalidad que se encarga de tratar con la realidad, su funcionamiento se basa en el principio de realidad.  Es el mediador entre el inconsciente, el super yo y las demandas del mundo externo.El principio de la realidad es el que mide los costos y beneficios del actuar. 
El Superyó es el aspecto de la personalidad que contiene todos nuestros aspectos morales interiorizados e ideales que adquirimos de ambos padres y de la sociedad; nuestro sentido del bien y el mal. Su surgimiento comienza a evidenciarse alrededor de los cinco años. Es el tercero en formación.  Se lo nomina el heredero del Complejo de Edipo, nos proporciona directrices para hacer juicios.Trabaja para suprimir todos los impulsos inaceptables del Ello y se esfuerza por hacer que los actos de Yo se acerquen o coincidan con  las normas sociales. Es el perpetuador de la cultura y la civilización o bien las riendas de la moral.

La fortaleza del yo y un equilibrio entre el ello y el superyó implicarían el afloramiento de una personalidad sana.


Se adjuntan esquemas pertenecientes al libro de Sigmund Freud. 

Textos y Resúmenes de Psicología: Aparato psíquico y regresión
La segunda tópica | bella cual auroraConflicto Psiquico, Salud Mental y Sociedad: Pierre-Sylvestre ...





martes, 14 de abril de 2020

Propuestas innovadoras en tiempo de pandemia

Hecho con Padlet

lunes, 23 de marzo de 2020

Respiración y emociones en tiempos de aislamiento

Respiración y emociones:
¿Pensaste alguna vez en tu respiración? Te propongo que recuerdes cuándo suspirás, cuándo se acelera, cuándo falta el aire, seguramente concluiste que todos esos momentos se ligaron a emociones más intensas. Así es, la respiración y las emociones están íntimamente ligadas. Trabajar con la respiración transforma la mente, la mente transforma a nuestro cerebro y por ende nuestra vida mejora. 
Algo tan simple que hacemos desde que nacemos y lo repetimos mientras tengamos vida tiene un gran poder sobre nosotros. Principalmente en estos días de encierro, muchas veces sentirás que ella se acelera, que te invade la angustia y la ansiedad. Te propongo un ejercicio para reducirla y convertir esto en una rutina para tu vida. Notarás con las semanas que cambiará tu percepción, tu sueño, tu estado de ánimo. 
En primer lugar vamos a hacer consciente nuestra respiración:
Si te sientas en una silla, pon los pies en el suelo sin cruzar las piernas. Si te sientas en el suelo, puedes cruzar las piernas. También te puedes acostar en el suelo. 

  • Fija la mirada en el centro de la sala. 
  • A continuación en la pared más lejana o techo según la posición. 
  • Vuelve la mirada al centro de la sala.
  • Después a una distancia equivalente a la de leer un libro. 
  • Deja ahora que tus párpados se cierren y centra la atención en la respiración: percibe la leve sensación del aire entrando y saliendo de las fosas nasales, dedica unos instantes a sentir la respiración, inspirando y espirando. Imagina que tu mente es un océano, con una profundidad calma y clara, entran la luz desde la superficie, al exhalar subes a la superficie, al inhalar vuelves a sumergirte, que nada te interrumpa.
  • Desplaza ahora la atención a tu pecho y siente cómo se mueve cuando el aire entre y sale de los pulmones.
  • Déjate llevar por las olas de la respiración, fijando la atención en la sensación del pecho.
  • Desplaza ahora la atención hacia el abdomen y siente su movimiento (puede ser con la mano) (la respiración que realices con el abdomen es más relajante que la pectoral)

Repite este ejercicio cada vez que puedas, principalmente al acostarte, te hará entrar en un sueño relajante y reparador. 
Pero: QUEDATE EN CASA!!!! 

Psic. Patricia Gagliardi

miércoles, 5 de junio de 2019

Métodos didácticos


viernes, 7 de diciembre de 2018

Neurofilosofía: Reflexiones sobre memoria y tiempo


La memoria y el tiempo
Psic. Patricia Gagliardi 


Nosotros estamos hechos, en buena parte, de nuestra propia memoria. Esa memoria está hecha, en buena parte, de olvido. 
J.L. BORGES


“¿Se puede pensar sin lenguaje? Si pensamos con el cerebro y el cerebro es un órgano biológico ¿convierte a este hecho de la Lógica en un producto biológico?” y en un intento de responderlas las entrecruzo con otra categoría, “el tiempo”, y las reformulo: ¿Se puede pensar sin lenguaje y sin noción de tiempo? o bien ¿si carecemos del tiempo, pensamos?

Si desaparecieran nuestros sentidos  y nos quedáramos sólo con el oído, sin visión, sin tacto, sin olfato,  ni gusto, construiremos un mundo posible de sonidos y de palabras pero no podríamos prescindir del tiempo. Nos constituimos en tiempos y por sucesión, el tiempo es sucesión
Esta categoría "tiempo" ha interesado e intrigado desde la antigüedad. Se inician en Platón, Plotino, San Agustín. San Agustín ardió en su existencia por una respuesta, e ingeniosamente dice: "¿Qué  es el tiempo? Si no me lo preguntan, lo sé. Si me lo preguntan, lo ignoro". En esta instancia acompaño su apreciación.
En el Timeo(1) Platón dijo que el tiempo es la imagen móvil de la eternidad y Plotino (2) sostiene que  hay tres tiempos, y los tres son presente, uno el presente actual, el momento en el que hablo, es decir el momento en el que hablé porque ya ese momento pertenece al pasado y luego el presente del pasado que se llama memoria y el presente del porvenir que viene a ser lo que imagina nuestra esperanza o nuestro miedo.
El tiempo es  así atributo de nuestra mente. La mente se maneja con un lenguaje y produce conceptos tales como los de vida, tiempo y muerte. y además los ordena temporalmente, ubica la muerte en el futuro, muerte que nunca será presente, y es que no hay presente.
Nuestro lenguaje y nuestra mente nos hacen vivenciar el presente, pero el presente no existe. Sólo puedo “ser” en el pasado. Si pienso que el pasado está formado por sucesiones de presentes decantados en él entro en otro conflicto. Recurro a Zenón con sus paradojas aplicadas al espacio ya que  me son válidas para replantearlas en el tiempo. Si el presente es como el punto en geometría(3), carece de dimensión pero su sucesión forma una recta, ¿cómo puede la suma de “nadas” ocupar espacio?,  aunque sume una cantidad infinita de puntos. ¿Cómo puede una suma de presentes formar un pasado? 
El presente es como el punto en geometría, el presente en sí no existe.
James Bradley(4)  dice que el tiempo fluye del porvenir al presente y en el momento en que el futuro se vuelve pasado es el presente. 
Desde la teoría kantiana se entiende al tiempo como una forma de intuir  lo  acontecido virtud que le pertenece exclusivamente al hombre. Dentro de esta concepción, el tiempo no es relacionado con el movimiento ni con lo externo a las personas, sino como algo interior y personal, que permite organizar las experiencias íntimas. El organizador de esas experiencias es el lenguaje. 
El lenguaje es un instrumento que utilizamos para describir el mundo y expresar nuestras ideas. El lenguaje expresa el pensamiento, la lógica describe las reglas del pensamiento. Nosotros elaboramos un pensamiento que está inserto en la realidad que entra por los sentidos y generamos ideas de realidad, hay lógicas, pero el lenguaje lo que hace es expresar lo que uno piensa. En cada uno hay algo de lo subjetivo que entra a jugar con el lenguaje. Cuando Heráclito dice “nadie baja dos veces al mismo río”, es porque no somos los mismos, ni el río ni nosotros, porque ese que fuimos tal vez quedó en la memoria con retazos de olvido. 
¿Quién nos transforma? ¿el lenguaje, el tiempo, ambos? 
Y cómo es que percibimos el tiempo ¿percibimos el tiempo porque tenemos memoria?
Si  la memoria nos quita la percepción del tiempo, con ella se diluye nuestra esencia. Observar a alguien que la  ha perdido es reconocer que ese que conocíamos ya no está allí. 
Y hasta aquí no he discriminado el tiempo en otros, como el tiempo subjetivo. 
Desde la neurociencias nuestro cerebro tiene relojes biológicos, como el núcleo supraquiasmático del hipotálamo o la glándula pineal, que controlan los ciclos de sueño y vigilia y la producción de hormonas y neurotransmisores que influyen en nuestra fisiología y comportamiento. Pero esas estructuras, aunque colaboran, no son las encargadas de percibir el tiempo subjetivo. Hay también marcadores o circunstancias externas que nos ayudan a hacerlo, como los relojes artificiales, los cambios de la luz del día o incluso el ver crecer a los hijos, en diferentes escalas temporales. Y también los hay internos, como el propio ciclo de sueño y vigilia, la atención que prestamos a la duración de los eventos que nos marcan tiempos que pueden servirnos de referencia. Pero todo eso no es suficiente pues la mayor incógnita sigue siendo cómo el cerebro representa y percibe el paso del tiempo.
Todo ello nos hace pensar que en el cerebro humano no existe un único reloj biológico que marque el tiempo subjetivo, sino quizá diferentes relojes que incluso pueden no estar sincronizados. De hecho, son muchas las partes del mismo que han sido involucradas en la percepción del tiempo. Una amplia red de neuronas podría estar entonces implicada en la percepción subjetiva del tiempo. Con todo, hay una cierta especialización funcional, sin embargo, todavía no sabemos cómo puede representarse en esa o en otras partes de la corteza cerebral el tiempo. Dice Giorgio Agamben que hay una incapacidad en el hombre occidental para dominar el tiempo y una obsesión por ganarlo y por hacerlo pasar basado en el tiempo como un continuum cualificado e infinito de instantes puntuales en fuga.
Lo percibimos externo, dominable, atrapable, tanto como le damos existencia a las palabras, pero es interno. 
En intento de respuesta a los primeros interrogantes y posibilitando la apertura de otros, lo ilustro con una frase de Valère Novarina(1991) 
no somos nosotros los que nacemos en el mundo, es el mundo el que nos aparece, el que nace en nosotros. En el curso de nuestra vida, somos el teatro del mundo que nace en nosotros. No morimos: el mundo se retira de nosotros”.   

1
Cristóbal Macías Villalobos(2014) Traducción  y comentario del "Timeo" de Platón
Libros Pórtico.

2Plotino (205-270) fue un filósofo griego neoplatónico, autor de las Enéadas.
3El punto es una figura geométrica sin dimensión, tampoco tiene longitud, área, volumen, ni otro ángulo dimensional. No es un objeto físico. Describe una posición en el espacio, determinada respecto de un sistema de coordenadas preestablecidas.

4James Bradley (marzo de 1693 - 13 de julio de 1762) fue un astrónomo inglés, nombrado Astrónomo Real de la corona inglesa en 1742.



sábado, 1 de diciembre de 2018

Neuroeducación