Todos los mitos y los sueños tienen algo en común,
y es que todos ellos son escritos en el mismo idioma,
el lenguaje simbólico.
Erich Fromm
La mitología nos enriquece nuestro análisis de las experiencias humanas. Desde la explicación del mundo, su origen, su naturaleza, sus fenómenos, nuestro lugar en él. Conectan la cultura con la historia. También al estar llena de arquetipos y símbolos que representan patrones y rasgos humanos universales resuenan el en inconsciente colectivo permitiendo comprender las dinámicas de la humanidad.
En su mayoría contienen lecciones y enseñanzas morales ya sea por semejanza o por antonomasia. Advierten sobre las consecuencias de ciertos vicios o de actos perjudiciales y nos permiten reflexionar sobre los aspectos más profundos del hombre como el amor, el sacrificio, la muerte, el destino y el sentido de la vida.
En el mito del Minotauro, Teseo es quien lo libera de su tedio, de su horror, de su soledad, de su rechazo social, para liberar a los atenienses de ser devorados por la bestia.
Hay un elemento simbólicamente poderoso en este mito y es el hilo de Ariadna. Ariadna, hija de Minos y Pasífae, cabe destacar que era hermana del Minotauro, le ofrece a Teseo, de quien se enamora apenas lo ve, un hilo para que pueda encontrar el camino de salida del laberinto una vez que haya demostrado su valor.
La pareja se fugó a Grecia pero Teseo una vez huidos la abandona en una isla a su suerte. Su llanto llegó a los dioses, Dionisio la consoló y le regaló una corona, recibiendo la inmortalidad como constelación.
Ariadna ofrece un recurso por amor, que le salva la vida a Teseo. Es la metáfora del apoyo emocional. Puede leerse que a Teseo no lo salva el hilo, sino el amor como siempre ocurre. Lo disfuncional de este acto es que el esfuerzo, el amor, la ayuda tiene una sola dirección, sólo parte desde Ariadna.
El hilo significa la guía, el mantenerse en el camino, encontrar la salida. Otro analogía es la ayuda terapéutica o una ayuda externa.
El laberinto en sí puede simbolizar el arquetipo del viaje o la búsqueda, ese camino lleno de desafíos y obstáculos con abundancia de pruebas, que no necesariamente es externo sino que puede ser un reflejo de la complejidad de la propia mente humana.
¿Quién no se ha perdido en algún laberinto de la vida y le ha costado la salida, o entregado ovillos de hilo para salvar a otros? Este mito nos regala una acción salvífica, el amor.
Psic. Patricia Gagliardi
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